Wednesday, November 01, 2006

HABILITACIONES INÚTILES

José Javier Rojas

Como en diciembre no va a haber ánimo sino para celebrar (paréntesis zen: cada quién celebra según sus circunstancias y disposición, la tristeza es optativa, igual que la alegría, fin del paréntesis zen), y si a mis editores les place y les parece, mi colaboración para la Gestoría Chang va por duplicado, con dos originales por el precio de uno. Esta es mi liquidación de Acción de Gracias, para renovar el inventario antes de las fiestas. Gracias, pues por su atención, y provecho.


(Tomado de fetopia.net)

METROSEXUALIDADES

El lenguaje políticamente correcto, es semánticamente intrascendente y etimológicamente absurdo, al menos para quienes aspiramos a un mínimo de seriedad. Ahí tenemos los entes de razón “Matrimonio homosexual” y ”afrodescendiente”. Palabras nuevas que mal describen lo que las viejas decían mejor y no aportan más que confusión y pleitos estériles donde no había más que concordia y respeto: comunicación, según los abuelos. ¿Neologismos a mí? ¿Racista? ¿Homofóbico? ¿Miedo? ¿De quién? ¿Por qué, si con la verdad ni temo ni ofendo? Puñeta, y muy largo se largan todos los hipócritas políticamente correctos al carajo, dicho sea con todo el respeto y consideración por los negros, los homosexuales y los negros homosexuales, sobre todo si tienen porte de armas, malas pulgas y poco sentido del humor.

Contesten si las saben: ¿Si los negros son afrodescendientes, me toca decirle ahora a los catires-rubios-güeros que son indoeuropeodescendientes? Es decir: ¿Arios? ¿No les suena eso medio nacionalsocialista? Es decir: Nazi. Es decir: Facho, reaccionario, y completamente racista. ¿Nos vamos a poner a calificar a la gente en castas raciales a estas alturas? ¿Pardos, zambos y mulatos como en la Colonia? ¿Hutus y tutsis como en Ruanda? Tamaño retroceso social, mi llave-pana-carnal. ¿Nos vamos a poner a llenar ahora perfiles raciales en los documentos de identidad como en la paranoica sociedad policial de Estados Unidos? ¿Raza? Humana, señor oficial, mientras no se demuestre lo contrario.

¿Cómo hacen los colombianos, que le dicen monos a los rubios? Peor todavía: ¿Si a una güera la llamas mona a gritos en una disco del DF cuál es la probabilidad de salir caminando? ¿Vamos presos los infractores del código elemental “en Roma haz como los romanos”? ¿O somos sumariamente linchados por una indignada turba criolla? Que son morenos, se entiende, en Buenos Aires, pero aquí son venezolanos, en Colombia son colombianos y en Estados Unidos son sureños de ascendencia francesa, y pueden ser negros como Wynton Marsalis o catires como Harry Connick Jr., que además son muy amigos y colegas, que tocan y disfrutan la música afrolatina que nació en América, porque el jazz es eso y todo el jazz por definición es afrolatino si es jazz porque si no es otra cosa y se llama distinto. Decir jazz latino es decir jazz jazzístico: la música latina es otra, la que se toca en (una parte de) Italia y no la nuestra, que la nuestra es afrohispanoamericana y se llama de muchas formas, porque es diversa y multicolor como nosotros, y entre los colores está el latino claro, pero también el árabe y el celta, entre muchos otros.

Bien por las parejas estables de hecho, con todos los derechos adquiridos y consagrados en el código civil, independientemente de su orientación sexual e identidad de género, que son asuntos muy privados y solo a los interesados interesa, cuando son adultos y hay mutuo consentimiento. Sobre eso no tengo nada que opinar, salvo que matrimonio y metrópolis tienen una raíz griega común que es “madre” y hablar entonces de “metrosexual” es hablar del sexo de mamá que es algo de lo que no quiero opinar ni por casualidad. Si todo esto les parece un disparate de un intolerante ocioso, pido disculpas de antemano. Si se siente estafado por leer estas mariqueras inútiles, recuerde que ahora se dice “metrosexualidades” si no quiere ofender injustamente a las minorías que ya no lo son tanto y además desfilan para recordárnoslo.

Podríamos de plano no pararle bola a la anfibología, y decir que es evidente que no es lo mismo pedir un cura que pedir unas curitas. Mientras las últimas son una cura oportuna, al primero se le llama cuando ya no hay remedio.

Errata: Confundí arriba criolla con morocha, que allá es morena y aquí es hermana gemela, y puede ser rubia, negra o mestiza, y también es una escopeta de dos cañones, pero si es un par de morochas, entonces además de hermanas del color de piel que sean, hablamos de un par de tetas de esas tipo vixen de Russ Meyer que dan susto, según el gusto.



AMIGO EL RATÓN DEL QUESO

Disney le pinta una paloma (le hace la señal de costumbre, le muestra el dedo) a Mc Donalds y le dice: “Super Size This!”, después de mil millones de dólares y más o menos la misma cantidad de calorías de grasas saturadas servidas a otro tanto de clientes hasta ayer satisfechos. La multinacional roedora echa tierrita y no juega más con la franquicia del payaso, porque ahora parece que vincularse con el sobrepeso de la infancia indefensa es mal negocio. Parece que no está muy mal visto por los accionistas que un niño sufra de diabetes o de problemas cardiacos, sino que lo haga jugando con un muñequito de plástico fabricado en China, bajo licencia de Disney.

Declaro sin empacho que esos juguetes son para padres y tíos el mejor invento después de los pañales desechables: Auguro manifestaciones violentas, disturbios y rabietas de salir corriendo a comprar cuñetes de Ritalin. Niños obesos tomando a adolescentes subpagados como rehenes a punta de papitas llenas de baba a menos que liberen a Buzz, Woody, Nemo y Mike Watchovsky. No queremos negociar con Ronald. Cuidado con una payasada, o derramaremos más que salsa de tomate. Saldremos felices o saldremos en cajitas. Tarde de perros, calientes.

En el discurso “progre ortodoxo”, la demanda condiciona a la oferta para las drogas pero con la comida chatarra, es al revés, Alicia, la oferta condiciona a la demanda. Perdonen ustedes, pero junkie es junkie, y legalizar el canabis para satanizar la caña de azúcar es de locos.

Si Steve Jobs y Pixar son responsables por romper tan fructífera y sólida alianza de negocios, todavía es temprano hasta para especular. No sería, empero, la primera vez que una pequeña fracción termine culturizando al todo en el mundo empresarial. No es inédito que los “asimilados”, “fusionados”, “derrotados” y “colonizados” influyan más sobre sus “vencedores” que viceversa: ahí tienen a Grecia y a Roma. A los cristianos y a Roma. Y antes que termine pensando que los romanos eran unos bobalicones, mire cómo andan dando carreritas en Estados Unidos para levantar un muro físico y legal entre ellos y el mundo hispano. ¿Ay, caramba? ¡Doh!

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