COSAS QUE SUSURRARLE AL OÍDO A UN PREFECTO... HASTA QUE LA PEINILLA NOS ALCANCE.
Enrique Enríquez
I
Quiero mis dos huevos fritos
y con lentes de contacto,
para que vean claramente
mi sonrisa hambrienta.
II
Se casó con un muñeco de ventrílocuo
y vivió feliz para siempre.
III
Una niña con miedo a los payasos
se casó con un payaso con miedo a las tetas.
Pero ya ninguno asusta al otro,
así que se están divorciando.
Se extinguió la chispa.
IV
Cacé un ratón en una trampa.
Vestía shorts rojos y guantecitos blancos.
¡Dios mío!
¿Qué he hecho?
V
Si chupo un palo de gancho
mi cabeza se vuelve chupeta.
¡Oh, yeah!
I
Quiero mis dos huevos fritos
y con lentes de contacto,
para que vean claramente
mi sonrisa hambrienta.
II
Se casó con un muñeco de ventrílocuo
y vivió feliz para siempre.
III
Una niña con miedo a los payasos
se casó con un payaso con miedo a las tetas.
Pero ya ninguno asusta al otro,
así que se están divorciando.
Se extinguió la chispa.
IV
Cacé un ratón en una trampa.
Vestía shorts rojos y guantecitos blancos.
¡Dios mío!
¿Qué he hecho?
V
Si chupo un palo de gancho
mi cabeza se vuelve chupeta.
¡Oh, yeah!
2 Comments:
Como se ve que vives en el barrio de los gays en Nueva York.
me han dicho que eres casado, pero yo se que es mentira, pues eras amante de tu tocayo Enrique Lazo.
pura poesía de la mente...un cerebro en prosa
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